EL FIN DEL MUNDO, NOW?
Fidel García Martínez
Hace años, el padre de la semiología moderna, Umberto Eco, escribió un breve ensayo sobre los apocalípticos e integrados en relación con la importancia de las TIC en la sociedad postmoderna: para unos estas tecnologías suponían el fin de la la libertad y la democracia, para otros, lo integrados, el origen de todos los bienes. Ningún de los dos bandos acertó porque no llegó el fin del mundo un 23 de septiembre como se había pronosticado hace algunos años. Otros lo están viendo con el fin de la democracia liberal con los movimientos populistas y demagógicos del neomarxistmo de la lucha de clases y sexos y el fin de la historia
Ahora los extremos se han trasladado al cambio climático y anuncian, casi el fin del mundo. Como se ha podido ver con la cumbre de Glasgow sobre el medio ambiente en la que como en París de 2017 no se ha llegado a ningún acuerdo porque los grandes países que más contaminan no quieren poner freno en sus desmanes contra el la salud del Planeta. Para algunos jugando a agoreros escatológicos ya han sentenciado el fin del mundo ya lo ha señalado fecha segura, porque los desastres no solo no cesan sino que parecen aumentar cada día mas.
Los más seguros de sus fantasías materialistas con sus teorías del azar y la necesidad sostienen que este mundo material y su devenir son eternos y como no tuvo principio tampoco tendrá fin, lo que estaría garantizado por el un progreso, pero la realidad actual parece demostrar que no es así porque nuestra casa común como escribe el Papa Francisco en su más actual que nunca encíclica Laudato Si: la tecnología ligada a las finanzas pretende ser la única solución a los problemas, es incapaz de reconocer, el misterio que existen entre los seres de la Creación y por eso a veces resuelve problemas produciendo otros más graves Este clima terrorífico se acentúa con la cuestión del agua que es uno de los indicadores más graves de la situación. El Actual nivel de consumo de los llamados países desarrollados y de los sectores mas ricos de las sociedades, donde el hábito de gastar y tirar alcanza niveles inauditos. Ya se han rebasado ciertos niveles máximos de expl0tación del Planeta sin que hayamos resuelto el problema de la pobreza. Pero el Papa Francisco no es un un agarero que hace sonar las tropetas del desastre. El Papa Francisco sabe muy bien que este mundo tendrá fin. Pero la fecha precisa de esa día es un secreto, como se lo comunicá Jesucristo a sus discípulos: el cielo y la tierra pasaran pero mis palabras no pasarán. Solo su Padre conoce el día y la hora, se ha reservado el tiempo de la revelación definitiva.