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Diario YA


 

Entrevista a Carmen Caffarel, directora del Instituto Cervantes

En unos años, donde haya un ordenador, habrá un centro asociado al Instituto Cervantes

J. M. Pozuelo. 28 de marzo.

Carmen Caffarel Serra (Barcelona, 1953) ha sido directora general de RTVE entre 2004 y 2007, doctora en lingüística hispánica y catedrática de comunicación audiovisual en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid. Desde el 13 de julio de 2007 es la directora del Instituto Cervantes, nombramiento hecho a iniciativa de la Ministra de Educación y Ciencia y del Ministro de Cultura y previa deliberación del Consejo de Ministros.

Carmen Caffarel ha desarrollado la docencia tanto en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid como en la Universidad Complutense de Madrid. Además ha publicado más de veinte libros y desarrollado numerosas actividades en el campo de la investigación.

Obtiene en 1988 el doctorado cum laude en Lingüística Hispánica por la Facultad de Filosofía y Letras de la Complutense, con la tesis “La labor periodística de José Ortega Munilla”. Con ella ha hablado Diario Ya para conocer los entresijos de una Institución que es vanguardia diplomática de la cultura en español.

 

Casi dos años después de acceder a la dirección del Instituto, ¿qué valoración puede hacer de lo que representa la institución en el mundo?

El Instituto Cervantes es el buque insignia de la cultura española. Nos representa en el exterior en dos ámbitos: el de la cultura y también en el de nuestra lengua, con toda la fortaleza que ésta tiene. No en vano, no sólo la tenemos nosotros sino que la compartimos con otros 21 países en América Latina. Esto hace que cuatrocientos cincuenta millones de personas en el mundo nos podamos comunicar en español. A eso contribuye el Cervantes, y a implementar todavía más ese número en nuestros centros, en lugares muy alejados de lo que pueda ser nuestra cultura y nuestra lengua. La misión del Instituto Cervantes es, en aquellos lugares en los que tenemos presencia, intentar que el mayor número de personas se acerquen a nuestra institución a conocer el español y, por derivación, a partir de nuestras actividades culturales y de la pluralidad de las mismas, no sólo en España -porque es cultura en español, de todas sus manifestaciones artísticas, tendencias, movimientos, etc- conozcan una imagen de España como país moderno, de un país de futuro, de un país con una profunda transformación en los últimos treinta años. Así que somos también una baza importante en la propia diplomacia pública del Estado. Cualquier persona que se acerca a un Instituto Cervantes y entra y ve toda esa cantidad de actividades culturales que se están llevando a cabo -no en vano, el otro día presentábamos el Plan de Acción Cultural y hablamos de 5.500 actividades culturales que abarcan toda las manifestaciones artísticas, todos los movimientos, con una gran pluralidad y una gran fortaleza a la hora de presentar nuestra cultura- puede apreciar la imagen que estamos dando de país que tiene una fortaleza, que tiene un papel, que busca un papel importante dentro de los foros internacionales. Dicho todo esto, y refiriéndonos por ejemplo a Asia Pacífico, hay que tener en cuenta que el español no es privativo nuestro, sino que es también de los 21 países con los que lo compartimos y que, al final, lo que se presenta ante el mundo es un español con todos los acentos y todas las formas de expresión –nuestros profesores tienen muchas nacionalidades y tanto cabe el tuteo como el voseo-. Todo esto le da mayor grandeza a nuestro idioma y, en Asia, por ejemplo, se acercan más porque piensan en el continente americano y, en concreto, en América Latina como continente emergente. Allí donde tenemos presencia, España se presenta como país que tiene su singularidad. En definitiva, el Instituto, promociona una cultura en español. Hoy en día, si preguntásemos por la calle por un García Márquez o por un Vargas Llosa, nadie va a entender que son extranjeros; son nuestros también y por eso todos nosotros conformamos esa cultura que es la que pretendemos mostrar.
 
La crisis todo lo alcanza. ¿Cómo ha afectado en sus presupuestos al Instituto y, de haberlo hecho, qué criterio se ha seguido para determinar qué actividades de esas 5.500, de las que hablábamos anteriormente, se llevan a cabo y cuántas se quedan para mejor ocasión y tiempos más propicios?
 
Bueno, cuando nosotros hicimos el presupuesto para este año, ya se avecinaba la crisis. Es verdad que hemos tenido un crecimiento menor que en los últimos años en los Presupuestos Generales del Estado. Esto ha hecho que aplacemos hasta el año que viene lo que concierne a la apertura de algún nuevo centro, concretamente el de Kiev. Pero en lo que se refiere a las actividades ya concretas programadas, no nos afecta porque, al final, las actividades culturales que hacemos son fruto de la colaboración institucional con otras instituciones, públicas y privadas, del Estado español o de los Estados que nos acogen y lo que estamos haciendo, finalmente, es una suma de voluntades. De tal manera que el Plan de Acción Cultural que presentamos al Patronato es el que se está llevando a cabo y no va a sufrir ningún recorte presupuestario. Hay que pensar también que el Instituto programa a muy largo plazo y aplicamos una economía a escala. Para que se haga una idea, están itinerando todavía exposiciones que se inauguraron hace dos años y las que hemos inaugurado ahora seguirán dos o tres años pasando por los diferentes centros.
 
¿Podemos hablar de un número medio de centros asociados abiertos por año en el mundo?
 
No podemos decir cuántos centros se van a abrir por año. La gente puede pensarse que tú decides abrir un centro y ese mismo año se abre. No. Son muchos los estudios antes de abrir un centro  –que ya es consecuencia de análisis previos, de una serie de estudios  que dan idea de muchas variables, desde el país, su renta per cápita, demanda del español, universidades en ese país que tienen estudios en español, su estabilidad social, política… en fin, muchas variables, también de carácter estratégico-. Una vez que se ha tomado la decisión de abrir dicho centro se empiezan las tramitaciones con el gobierno del país que nos va a acoger -pedir los permisos, hacer los presupuestos, buscar el edificio, buscar en concurso público el proyecto de ejecución de las obras-. Eso hace que, desde que se propone, hasta que un centro está ya en funcionamiento a pleno rendimiento pueden pasar tres o cuatro años. Por eso digo que es muy difícil dar un cifra concreta de centros por año –porque además, no todos los países son igualmente rápidos en tramitar la documentación, etc-. En este año, que es del que mejor podemos hablar, se va a inaugurar Sidney, se va a inaugurar Nueva Delhi, se va a inaugurar el aula de Dakar y el centro en Gibraltar. Bueno, veremos al año que viene para cuántos tenemos permisos. Al final, a mi juicio, lo importante no es hablar de un número absoluto (tres, cuatro) como de verificar la demanda cada vez mayor de solicitudes para que abramos centros.
 
¿Dónde es más fuerte esta demanda del español, en qué continentes –excepción hecha de América, claro está?
 
Pues es un poco parecido a lo que he contestado antes. Depende. Es muy difícil decirlo así porque, por número de estudiantes, naturalmente, Europa, pero porque es donde mayor número de centros tenemos. Por eso digo que, las cifras, pues son sólo cifras al final. Yo creo que este dato no es el relevante y pienso que hay que estudiar prospectivas. Así, estamos verificando que hay una gran demanda en Asia-Pacífico que tiene que ver con la propia presencia de España en ese continente, que estando muy alejado ha visto cómo se han emprendido políticas y las empresas han querido tener presencia allí y, al estar las empresas, empieza a haber una internacionalización del español. Es decir, una cosa lleva a la otra. La demanda también está motivada porque el español, cada vez más, es un idioma de futuro, un idioma emergente, un idioma bueno para encontrar trabajo. Lugares como Asia-Pacífico o África pueden corresponder a esa variante. Nos vamos a Estados Unidos, o a Brasil. Ahí tenemos una gran demanda, pero por otras razones. En Brasil, la ley de educación, ha declarado el español como lengua que se ha de estudiar en los colegios. ¿Qué ocurre entonces? Pues que existe una gran demanda de formación de profesores de español. En Estados Unidos, su propia tasa demográfica, lo va a convertir en el primer país hispanohablante del mundo para el año 2040 o 2050, por delante de Méjico. En todo el mundo el español es estratégico porque es el segundo idioma de comunicación internacional y, además, en alza, ya que es uno de los pocos idiomas en el mundo que crece.
 
¿Qué papel juegan los profesores?
 
El Instituto Cervantes es una institución muy prestigiosa y lo es por la calidad de lo que ofrece tanto a nivel cultural como académico. Nuestros profesores son expertos en enseñanza de español como lengua extranjera. Esto es algo muy difícil porque se trata de enseñar español a personas que ya tienen competencias lingüísticas en otro idioma. Y sobre todo si son adultos. El Cervantes ha tenido un plan de investigación muy importante en este campo durante muchos años que ha hecho que nuestro plan curricular esté muy desarrollado. Se ha hecho una apuesta por la calidad en todos los ámbitos y nos preocupamos de que nuestros profesores estén muy bien formados. Cuidamos mucho la formación continua de todo el personal del Cervantes para distinguirnos como sello de calidad. Eso es lo que nos avala y nos da prestigio. Dicho de otra manera: quien ha estudiado en el Cervantes, se nota. Además damos un título, el Diploma de Español Lengua Extranjera (DELE), en nombre del Ministerio de Educación y que tiene un reconocimiento oficial. Lo deseable es que se convierta en el diploma que se exija a las personas que quieren demostrar una competencia lingüística en español. Somos muy conscientes de las diferencias que existen entre enseñar español a un italiano o enseñarlo a un japonés o a un chino por la diferencia cultural tan grande, (o tan corta, en el caso del italiano) que existe entre unos y otros. Y, en esto, sinceramente, somos muy buenos.
 
¿De todas las actividades culturales programadas por el Instituto Cervantes, cuál es a su entender, la más importante, la más novedosa, la joya de la corona, por decirlo de algún modo?
 
No podemos hablar de una en especial, de una joya de la corona. Lo que hacemos es tener en cuenta las diferentes disciplinas –el cine, la música, la ciencia, la literatura- y procuramos que haya una serie de actividades en cada uno de estos campos que sean más especiales. En el caso del cine, por ejemplo, nos hemos convertido en el mayor exportador de cine en español en el mundo. Un 75% del cine español que se ve en territorio no hispano lo está mostrando el Cervantes, con coloquios, etc… Elegir una actividad de las 5.500 del Plan de Actividades Culturales de 2009 es muy difícil porque, además, son actividades que en muchos casos empiezan a itinerar y cabalgamos un año con otro.
 
¿Qué criterio se sigue para determinar cuál o cuáles de los 70 centros asociados reciben una exposición del Cervantes?
 
Pues hay como dos niveles. Uno que sería el de las actividades que se planifican desde aquí y que sería en el que más claramente se ve esa colaboración institucional, tanto pública como privada. Se ofrecen a todos los centros pero, lógicamente, no pueden todas llegar a todos los centros porque muchos de ellos non cuentan con las características técnicas para albergarlas. Pero después hay otro nivel que corresponde a las actividades que programan los distintos directores de cada centro y que tienen más que ver con el contexto del país y la cultura que los acogen. Tienen el valor del diálogo intercultural entre nuestra cultura y la del otro país. Porque sólo desde el diálogo intercultural nos conocemos y conocemos al otro. No se pueden extrapolar, por ejemplo, exposiciones que funcionan en un mundo anglosajón a un mundo árabe. En fin, es más difícil de lo que parece pero tenemos un buen equipo y tenemos un buen sistema informático que nos permite cruzar todos estos datos para hacer que al final el encaje de bolillos cuadre. Es muy importante, creemos, dar una cierta autonomía a los directores de los centros porque conocen el terreno y saben mejor que nadie qué va a ser mejor recibido o va a tener más éxito. Además ellos también hacen una gran labor en la búsqueda de patrocinios tanto de instituciones españolas (embajadas, etc) como de instituciones locales.
 
Si me lo permite, no seré sutil con esta pregunta. ¿Cree que el español goza de mejor salud fuera de España que en España? Lo digo por el aparente menosprecio que se hace en algunas provincias españolas del español y a la cultura en español, sobre todo en aquellas con idiomas cooficiales.
 
Bueno, uno siempre tiene que hablar desde el lugar que ocupa y desde los datos que maneja por el lugar que ocupa. Nosotros, como institución, ofrecemos los cuatro idiomas cooficiales. Lógicamente, verificamos que, mientras el español tiene una gran demanda en los cinco continentes, los otros idiomas cooficiales del Estado tienen  un número significativamente menor de alumnos, muchísimos menos y, además, fundamentalmente en Europa. Como directora del Instituto Cervantes lo que puedo certificar es que el español no está en peligro, que el español es muy pujante, un gran idioma muy demandado. Pero todos tienen su lugar porque todos forman la cultura española y forman parte de la imagen que queremos dar al exterior. A nosotros, como institución, eso no nos suscita ningún problema. Los cursos que se imparten de las otras lenguas suelen tener un alumnado bastante fiel pero, claro, frente a los catorce millones de personas que están estudiando español fuera de España los otros idiomas tienen un lugar muchísimo más pequeño.
 
Carmen Caffarel, muchas gracias por dedicarnos su tiempo. No sé si hay alguna otra cosa que quisiese comentar y de la que no hayamos hablado…
 
Pues sí querría comentar, para que se conozca bien la institución, el esfuerzo realizado en nuestra página web. Es mucho más que una página, una página de páginas en las que está incluido el propio Cervantes TV. Hemos pretendido con ella poder llegar a sitios a los que de otra manera no tendríamos acceso. La labor de difusión a través de Internet es importantísima porque nos liga a públicos jóvenes que son los que encuentran en el español una herramienta con la que mejorar en sus inquietudes laborales, por ejemplo. Nos sirve también para colgar las actividades que se realizan en todos los centros y que puedan ser vistas por todos ellos. Y es una manera de rentabilizar unos recursos que salen del bolsillo del contribuyente. Cultura de ayer, de hoy y de mañana, con una apuesta decidida por las nuevas tecnologías y que nos permite, con la formación online llegar a un número mayor de personas de las que podríamos llegar con la formación presencial. En unos años, donde haya un ordenador, habrá un centro asociado al Instituto Cervantes. 

 

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