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GIUSEPPE TONIOLO y la economía con rostro humano

José Luis Orella
Uno de los más grandes italianos de la época contemporánea fue el veneciano Giuseppe Toniolo (1845-1918). Nacido en una familia de la alta clase media, su padre era ingeniero, ya desde pequeño se aficionó a la lectura de libros de los autores que alentaban el espíritu patriótico y la unificación de Italia, que el vivirá de niño, guardando por ello una cierta animadversión hacia Austria, la antigua dominadora del Milanesado y el Veneto. La ocupación napoleónica puso punto final al Señorío de Venecia y en el congreso de Viena, su antiguo territorio le sería asignado al Imperio Austriáco, que ya por razones históricas controlaba el viejo Milanesado español, que denominaban Lombardía. En 1866, el Veneto se integrará al reino de Italia, tras perder los austriacos en la guerra austro-prusiana y participar los italianos al lado de los prusianos.
Por estas razones, el joven veneciano era un firme partidario de Polonia e Irlanda, naciones católicas que luchaban por recuperar  sus soberanías nacionales. El joven Giuseppe estudió Derecho y se especializó en Sociología económica, fue profesor en Padua, Módena y desde 1879, en la Universidad Pública de Pisa. En esta ciudad consiguió por su carácter hacerse con el cariño de los alumnos y de sus compañeros. La Italia de entonces era la de la unificación, que había enajenado al Papa los Estados Pontificios, y en la cual se desarrollaba un liberalismo de carácter laicista muy fuerte. Sin embargo, nunca fue óbice para él, el ser un profesor fiel al Estado italiano, pero fiel a sus creencias religiosas católicas.
Giuseppe Toniolo siempre pensó que su fe le llevaría le llevaría a tener vocación sacerdotal, a la cual tenía una gran admiración, no obstante, se casó y tuvo siete hijos. Su pensamiento se cimentó en la escolástica de Santo Tomás y el misticismo de Santa Teresa, de la cual era un gran devoto. De aquí le vino, el considerar a las relaciones económicas subordinadas a la justicia, como creía la escolástica. Toniolo se percató de la importancia que tenía la ética y la moral en la economía, en el respeto a la dignidad de la persona y en el trabajo remunerado justamente del trabajador. En un momento donde se desarrollaba en el norte de Italia la revolución industrial, la explotación de los trabajadores estaba al día, en aquellos momentos. Para Toniolo la justicia social formaba parte de la civilización cristiana, cuya tradición tenía su raíz en el temple equilibrado del genio italiano de sus antepasados.


Giuseppe Toniolo siempre creyó que  los regímenes políticos que generasen sistemas económicos opresivos contra el hombre, no podían vivir en conciliación con Dios, y no podrían pervivir en el tiempo.  Entre las ideologías políticas contrarias al catolicismo por su desdén a la dignidad de la persona,  identificaba al liberalismo, que atacaba desde la radicalidad de su individualidad el sentido social de la persona  y permitía su explotación, y el socialismo, surgido como respuesta al anterior, pero basado en un odio clasista que proponía la lucha y el establecimiento de un Estado totalitario.
Para Toniolo, el liberalismo y el socialismo reducían al pensamiento al nivel de la materia, olvidando la visión sobrenatural de la persona. El perfeccionamiento de la razón natural sólo lo podía dar el ideal cristiano. Este tenía un gran valor social debido al ideal de fraternidad de todos los hombres como hijos de Dios. Para Toniolo los nuevos ídolos del dinero y del consumo  lo atrofiaban la formación de las personas.  El profesor veneciano pensó en una serie de reformas que ayudarían a legislar con una mayor justicia, como sería la reivindicación de una representación política proporcional, que fuese evolucionando a una cámara corporativa, donde todas las ramas productivas de la nación estuviesen representadas, y no por una elite política relacionada con intereses particulares. Como veneciano era favorable a una descentralización administrativa y aumentar la autonomía comunal. Quería una Legislación protectora del trabajo y de  la familia, la pequeña propiedad, la propiedad comunal  y los intereses agrícolas. Optaba por la exención de impuestos, excepto el mínimo necesario, y para ello era partidario de la eliminación de entidades parasitarias de la nación. Convencido de la virtud del trabajo, era favorable a la represión de la usura y la especulación financiera.
El pensamiento de Toniolo le convirtió en uno de los pioneros de la sociología económica lo que le llevó a colaborar en la redacción de la encíclica Rerum Novarum de León XIII. La primera que universalizaba el derecho a la justicia social y reivindicaba lo que muchos católicos llevaban haciendo medio siglo antes de la publicación de aquella encíclica que ayudó a redactar el profesor veneciano. Giuseppe Toniolo fue nombrado presidente de la Acción Católica en Italia, como tal incrementó la sociedad civil. Su labor fue encomiable, fundó la revista internacional de Ciencias Cociales, la Asociación de Mujeres Católicas y las Semanas Sociales para los trabajadores. Toniolo se destacó en las luchas del momento, contra el liberalismo, en su lucha activa contra el divorcio, la escuela laica y a favor delos derechos  laborales de los trabajadores. En su lecho de muerte, aún dio su apoyo  a Agostino Gemelli en su labor de fundacional de la Universidad Católica de Milán, un sueño, que debía proporcionar una élite católica a Italia. En Italia, sus ideas se materializaron en la legislación laboral del ministro Alfredo Rocco que hizo realidad parte de su pensamiento.
 

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