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Diario YA


 

Petra y Jerash, los tesoros de Jordania

Jesús Buitrago. No es Jordania un lugar para quedarse solo unos pocos días. El gran abanico de tesoros que nos ofrece este país van desde el inmortal valle del Jordán, habitado ya de forma continua 6.500 años antes de que llegaran los romanos, pasando por los magníficos vestigios que dejaron las sofisticadas civilizaciones de griegos, romanos y bizantinos, hasta la presencia más contemporánea de árabes y turcos, sin olvidar la excepcional cultura de la civilización de los nabateos, habitantes del desierto y artífices de la fascinante ciudad de Petra, una joya arqueológica imperdible para los amantes de las ciudades milenarias.

El nombre de Petra proviene del griego y significa “piedra”. Sin embargo, no se trata de una ciudad construida con piedra, sino literalmente, excavada y esculpida en la piedra. Son los restos del antiguo reino nabateo y su fundación data del siglo III a.C. Gracias a su belleza e interés cultural, desde 2007 forma parte de una de las siete maravillas del mundo moderno.


Por otro lado, quienes visitan Petra saben que Jerash es otro de los grandes atractivos de Jordania, pues posee las ruinas romanas más impactantes y mejor conservadas de Oriente Medio. Esta ciudad antigua, que llegó a tener cerca de 20.000 habitantes, vivió su época dorada durante el dominio romano.

Y es que entrar en Jerash supone viajar en el tiempo. Es casi como adentrarse en la antigua Roma. Representa una sutil mezcla entre oriente occidente en la que convivieron la cultura grecorromana de la cuenca del mediterráneo y las antiguas tradiciones del oriente árabe.


¿CÓMO LLEGAR A PETRA Y JERASH DESDE ISRAEL?

Antes de planificar este viaje a Jordania hay que planificar y ver cómo podemos hacerlo desde Israel y si nos dará tiempo a poder disfrutar de ambos atractivos turísticos en apenas dos días.

Nosotros decidimos contratar los servicios de Abraham Tours, un turoperador que realiza viajes desde Israel a Jordania e incluso Egipto de una manera profesional y divertida, y con quienes pudimos disfrutar de nuestro viaje gracias a su personal: amables, atentos y cercanos en todo momento.

Gracias a esta compañía turística pudimos disfrutar de un amplio abanico de actividades y de experiencias únicas e inolvidables durante nuestro viaje a Petra y Jerash. El punto de inicio tiene lugar muy temprano en la mañana en el Abraham Hostel de Tel Aviv, donde nos recogió un autobús para dirigirnos al norte de Israel. Durante el trayecto pudimos disfrutar de las impresionantes vistas del paisaje que nos deja la parte israelí del valle de Jordania, para poco a poco transformarse en un terreno polvoriento tras cruzar la frontera en el puente Sheikh Hussein.

La primera parada fue Jerash, famosa por ser una de las ciudades romanas mejor conservadas del mundo. El impresionante Arco de Adriano marca la entrada a calles con columnas, teatros, templos y un hipódromo.
 


Pasear por estos lugares te hará viajar en el tiempo mientras el guía comparte historias del pasado glorioso de la ciudad y cómo estuvo gobernada en su día por Alejandro Magno.


Después de probar un dulce local delicioso llamado Knafeh, proseguimos nuestra ruta hacia los alrededores de Petra para hacer noche en el camping beduino de Seven Wonders, cuyo personal nos estaba esperando para deleitarnos con una cena frente a una hoguera y un buen descanso por la noche en una de sus cómodas tiendas. Los beduinos nómadas habitan el desierto desde hace miles de años y son famosos por su gran hospitalidad.

A la mañana siguiente, después de desayunar, por fin visitamos Petra, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1985. Tallada en las rocas rojas por los nabateanos hace unos 2.000 años, sus ruinas no han perdido ni pizca de la magia que posee.

La entrada a Petra se realiza a través del Siq, un estrecho cañón de un kilómetro de longitud, rodeado por acantilados que se elevan hasta los 80 metros de altura. El simple hecho de caminar a través de este desfiladero es una experiencia inolvidable.

Cuando llegamos al final del sendero vislumbramos por primera vez la fachada llamada Al-Khazneh (el Tesoro), una increíble obra de arte de la arquitectura de 30 metros de ancho y 43 metros de alto que eclipsa todo a su alrededor. Se construyó en el siglo I como la tumba de un importante rey nabateo y es una muestra del talento para la ingeniería de este antiguo pueblo.


Desde aquí continuamos la visita hacia las tumbas reales, el gran anfiteatro romano, el monasterio, entre otros mucho más lugares. Cada uno de estos monumentos es un claro ejemplo de una arquitectura helenística perfectamente simétrica. Por último, disfrutamos de una deliciosa comida en un restaurante local antes de cruzar la frontera entre Jordania e Israel en Allenby para llegar a Tel Aviv al final de la tarde.

PARA MÁS INFORMACIÓN :::

· ABRAHAM TOURS (www.abrahamtours.com)

· SEVEN WONDERS BEDOUIN CAMP (www.sevenwondersbedouincamp.com)