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Diario YA


 

HIC SUNT LEONES

El profeta y el filósofo

Ricardo Ruiz de la Serna. 28 de noviembre.

Esta semana la sesión de control al gobierno quedó algo empañada por la comparecencia del Presidente de Gobierno prevista para el jueves. Esto hizo que me dejase frío el habitual debate -la convención quiere que se llame así- entre la Vicepresidenta del Gobierno Sra. Fernández de la Vega y la portavoz del grupo popular, la Sra. Sáenz de Santamaría. Es interesante porque suele creerse que la oratoria ha de ser persuasiva, y estas dos mujeres tratan de hacerse cualquier cosa menos convencerse la una a la otra.  Es interesante porque sus discusiones guardan cierta similitud con algunos combates de boxeo memorables. A veces, me parece que la Vicepresidenta tiene la fuerza de Rocky La Roca Marciano, que fue campeón de los pesos pesados entre 1952 y 1953.  Aún no he encontrado a qué boxeador se parece la Sra. Sáenz de Santamaría.

El jueves fue distinto. El desalmado cronista, cuyo corazón es más frío que estos días en Madrid, estaba ansioso por escuchar al Presidente del Gobierno.  Con la crisis galopante que nos azota, el autor acudió al Congreso buscando una salida, una salvación para la patria. Esto demuestra hasta que punto estaba desesperado porque una sesión a las 16:00 y sin siesta tiene efectos devastadores como podrán comprobar.

El hemiciclo apenas tenía escaños vacíos. Muchas caras de póker entre los Ministros que se alternaban con las sonrisas de quien es amigo del jefe de la tribu (ánimo, Presidente). El presidente del Gobierno salió a la Tribuna seguro y con la confianza de quien sabe que tras él marcha la Historia en pos de un tiempo nuevo. El Sr. Rodríguez Zapatero tiene la mirada del que trae una era de prosperidad y belleza.  Él sabe –lo peor es que lo sabe- que las cosas van a ir a peor antes de mejorar y, cuando mejoren, será de nuevo tiempo de elecciones y ya habrá ocasión de enderezar el rumbo. Por lo pronto, hay que torear lo que se viene. Para ello, nada mejor que una buena dosis de cifras y Europa, mucha Europa. El Presidente anunció inversiones de once mil millones de euros para la obra pública municipal, una reducción voluntaria en el pago de las cuotas hipotecarias, un aval público para garantizar los pagos aplazados, la percepción anticipada de las deducciones para las familias con menos rentas, moratoria hasta 2010 a la obligación de comprar una casa  de los titulares de las cuentas ahorro-vivienda.. En fin, la consumación de la Historia, la redención financiera, la tabla de salvación a la que aferrarse (la pera limonera, pensó el somnoliento cronista).  Hubo mucho esdrujuleo (Éuropea, súbrayar, cónfianza, cóntrarrestar…) A veces parece que el Presidente habla con un bajo continuo de fondo como en el Barroco. Con lo de los once mil millones el grupo socialista rompió a aplaudir y parecía la barra brava de Boca en la Bombonera. El cronista esperaba ver volar serpentinas y escuchar matasuegras, pero no hubo ni un mal gorrito de cartulina y colorines. El Sr. Bono mandó callar. La Historia proseguía su curso tras el Presidente. Habló de crear empleo y de ayudar al sector de automóvil; alguien exclamó ¡muy bien! Y más aplausos.  Muy bueno lo tuyo, Presidente. Faltaba la orquesta tocando un pasodoble. A eso de las 16:35 la cosa se desmadró: aplausos incontrolados, la clá se precipita y Bono interviene llamando al silencio. El Presidente taumaturgo impone sus manos sobre el pueblo: tiene un Plan global, el Plan Español para el estímulo de la Economía y del Empleo. Con ese nombre, uno no sabe si es un plan o una novela, murmura el pérfido cronista.  Más aplausos. El frenesí, la repanocha, las Rebajas. El plan tiene cuatro ejes: reducciones fiscales ayuda alas familias, medidas de reactivación y de fomento directo del empleo, medidas extraordinarias de apoyo al sistema financiero y medidas de modernización de nuestro modelo productivo. Lleva más de 40 minutos hablando y alguno ya cabecea en el escaño; el cronista lo hace en su asiento. El Sr. Moragas sonríe, el Sr. Montoro parece escandalizarse  y uno pagaría por ver  la cara de Solbes cuando tenga que hacer cuentas. Te vas a reír, Pedro, es que estaba esta tarde en la Tribuna y se me ocurrió prometer unos millones… El Presidente termina declarando que es tiempo de confianza en la acción del Gobierno y de sumar esfuerzos. He aquí el estallido, la euforia, la locura mesiánica de quien está entre los salvados: hay una diputada del PSOE que antes botaba de gusto sentada en el escaño  y ahora aclama, puesta en pie, al salvador de Europa y restaurador de la esperanza socialista.

Tras el profeta de las cifras, llegó el filósofo de las letras. El Sr. Rajoy apenas habló de números. Serio, con esa retranca cargada de metralla que le cuelga del hombro como un trabuco., el líder de la oposición se alegró de que el Presidente reconociese ahora la crisis que antes negaba.  Recordó la champions league, las promesas de pleno empleo y las acusaciones a la oposición de ser antipatriotas.  Apuntó y disparó un misil de sorna gallega: las previsiones del presidente se parecen a las de aquel que afirmaba este verano probablemente hará calor y el próximo invierno es posible que haga frío.  Acusó al Presidente de improvisar. Risas, aplausos. Evocó las bombillas del Ministro Sebastián y describió la situación: desbarajuste. El Gobierno está destruyendo empleo y creando parados. Más aplausos. ¡Muy bien! Los populares también saben hacer la ola. Siguió la causa contra el Presidente. El Sr. Rajoy sacó el Plan de Rescate del Sector financiero: un plan que tardó usted ¡usted! Más de un mes en poner en marcha. El PP pedirá control parlamentario sobre los once mil millones prometidos. Los préstamos habrá que devolverlos (ahí, ahí dice alguno vehemente). El Sr. Rajoy soltó un derechazo formidable sacando el tema de los pagos del sector público a las PYMES.  ¡Pum! Directo al mentón del presupuesto público. El Gobierno usa la crisis internacional como un burladero. Hay que recuperar la confianza y eso se hace con transparencia. España es el país de la UE en que más aumenta el paro. Otro derechazo: Lukoil. Otro: la deficiente Administración de Justicia. Otro más y los golpes siguen cayendo: ¡[…]su medida social estrella es una moratoria en las hipotecas que no ha pactado ni con la banca, que no se sabe cómo se va a aplicar, que no va a beneficiar más que a una ínfima parte de los hipotecados… y eso si tienen la fortuna de lograr trabajo antes de dos años! Puro cartón piedra. Concluyó recordando al obligación moral del Presidente de hacer las cosas bien y poner medios para evitar el sufrimiento. Ni una sola cifra.

Así acabaron las dos principales intervenciones. Lo demás fue , en general, glosa y comentario. Todo fue literatura y bastante floja. Y además me quedé sin siesta. 

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